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Guido Pérez Arévalo
RESEÑA HISTÓRICA - LA PLAYA DE BELÉN
guidoaperez@hotmail.com
 

Por Guido Pérez Arévalo
I

GÉNESIS

Primeros pobladores

Las parcialidades indígenas, agrupadas en el territorio que hoy conforma el Municipio, se conocieron con los nombres de patatoques, aratoques, aspasicas, borras, curasicas y peritamas.

 
 

Dos familias lingüísticas

La existencia de algunos nombres de lugar, como Teorama, Ascuriama y Peritama (Piritama), sugieren la presencia de la familia lingüística chibcha en la región, seguramente por la proximidad de la gran nación chitarera, que dominó el valle de Pamplona. La dicción AMA en Los nombres geográficos indígenas, del presbítero Pedro M. Revollo (obra citada por don Justiniano Páez en la revista Hacaritama del Centro de Historia de Ocaña, números 16 y 17, del 26 de junio de 1936), significa tierra, región, en lengua chibcha "y se halla componente en varias palabras de lugar en el interior, como Abirama, Chaguarama, Tundama, Duitama, Teorama, Tequendama y Chairama en la provincia de Santa Marta. La hallamos también en las costas meridionales de América inglesa que pudieron ser habitadas por caribes: Alabama, Habama y aún en el Japón Jocohama".

Por otra parte, Acosta Ortegón, en su investigación sobre el idioma chibcha (Imprenta del Departamento, Bogotá, 1938), trae el vocablo quica con el significado de cielo, ciudad, pueblo, villa, patria, tierra, región.

Un informe del 24 de marzo de 1578, Discreción de la ciudad de Ocaña de la Governación (sic) de Santa Marta, (Geografía humana de Colombia, tomo II, 1993), se refiere a la existencia de dos lenguas, bien determinadas, CARATE y PALE, y a la necesidad de intérpretes para la comunicación entre los naturales. La primera lengua fue denominada Carate por la enfermedad cutánea padecida por una parcialidad indígena. PALE tenía su origen en las ramadas de los miembros de otra población, rodeada de palenques para su defensa. Eran agricultores: sembraban maíz, algodón, batatas, ahuyama y frisoles; pescaban con flechas y arpones y cazaban animales con mazas, macanas y hachas de piedra. Cultivaban achote para pintar sus sayos y sus cuerpos. Cazaban leones, venados, puercos monteses, que llamaban báquiras, papagayos, guacamayas, pavas, paujiles, pequeños mamíferos y criaban cuadrúpedos y aves de corral procedentes de España. El valle tenía buen temple: ni frío ni caliente. Llovía desde abril hasta mediados de junio; entre junio y agosto llovía poco. El invierno volvía en septiembre y se prolongaba hasta mediados de noviembre; empezaba, entonces, una época de verano que terminaba en marzo.

Vivían en ranchos cubiertos con palma. Los nombres de lugares tienen su origen en los árboles nativos, en las quebradas, en las montañas y en las colinas. Ocaña era Argutaca, por la combinación de Sotegaga (nombre del pueblo), Ahira, un pequeño río y Arcuta, una quebrada. Cucuriama tenía relación con los árboles utilizados por los naturales para hacer tambores; Anarama, con árboles que producían trementina. Caracica porque la parcialidad estaba ubicada en la cabecera de una quebrada; a la cabecera la llamaban Cara y a la quebrada Sican. Carate, era en español el nombre de un pequeño río, que pasaba a media legua de Argutaca; los naturales lo llamaban Ixira. No adoraban a seres superiores, ni practicaban cultos paganos. En sus borracheras desenterraban a los muertos y bailaban con ellos a cuestas.

 

El cacique más importante fue Patatoque, cuya parcialidad tenía como vecinos a los indios oropomas y a los evorukos, y obedecía como éstos al cacique Bucurama, asentado en las serranías de Capitanlargo, de la comprensión de La Cruz, actual municipio de Abrego.

En lengua muisca, Patatoque puede interpretarse como Cacique o Señor de la labranza y del río.

No quedan vestigios de su cultura. Un informe, rendido al Centro de Historia de Ocaña, sobre una excursión arqueológica efectuada el 18 de junio de 1936, señala que los cadáveres eran sepultados "acurrucados o en cuclillas" y "se les cubría con tierra arenosa y suelta". Agrega el informe que encontraron "restos humanos en vía de fosilización y algunos utensilios de piedra".

Lamentablemente, el investigador no describe los utensilios ni deja constancia de su destino.

En 1850, don Manuel Ancízar dejó una constancia dramática sobre su paso por una vereda poblada por aspasicas y carates: "... es la Mesarrica, que mide tres leguas de largo y una y media de ancho, sustentada por estratos poderosos de arenisca, desierta hoy pero en otro tiempo mansión de indios reunidos en un pueblo agricultor que la opresión de los blancos destruyó, dispersando sus moradores, a quienes fatigaron con incursiones en busca de una soñada mina de oro. Los matorrales han invadido el espacio antiguamente ocupado por sementeras y un grueso chorro de agua que se precipita majestuoso desde lo alto parece reunir en su ruido las airosas voces de los indios desposeídos".

Mesa Rica ha despertado siempre la curiosidad en la Provincia de Ocaña, por sus accidentes topográficos y por las tradiciones lugareñas sobre profundidades infinitas y la existencia de tesoros fabulosos.

En los años cincuenta, los estudiantes de la región organizaron excursiones e instalaron sus campamentos frente a las cavernas, decoradas con estalactitas y estalagmitas, y volvieron a sus colegios con muestras preciosas de aquellas formaciones naturales.

Don Pedro María Fuentes, en la monografía de Hacarí, publicada en el Boletín No. 14, de diciembre de 1944, de la Contraloría General de Norte de Santander, se refiere a la existencia de un camino subterráneo que cruza La Mesa, desde un extremo a otro, "teniendo como punto de partida la fracción de Locutama y terminando atrás de la peña del corregimiento de El Cincho, donde hay una cueva con esqueletos que se cree son de indios". Y agrega: "... la cueva denominada Catacumbas, está formada por una serie de pasadizos, enlazados entre sí, que encadenan siete salones debidamente separados y tallados en las profundidades del terreno".

El autor de estos apuntes conoció en la Vega de San Antonio la boca de una de las cavernas mencionadas.

Don Justiniano Páez en sus Noticias Históricas de la ciudad y provincia de Ocaña, cuenta que el misionero fray Juan León Vila vivió en una de estas cavernas durante un año y allí murió en olor de santidad.

En 1951, mi padre, don Luis Jesús Pérez Amaya, en su condición de alcalde de Hacarí, debió improvisar una comisión oficial para efectuar el reconocimiento de unos cadáveres encontrados por campesinos que buscaban unas cabras extraviadas en la meseta. Evidentemente, en el desfiladero estaban los restos humanos, pero encontró con sorpresa que se trataba de indios momificados y acomodados en urnas de piedra.

Las dificultades de orden público no permiten ahora la visita de aquellos lugares, pero no faltan los amigos de la ficción que aprovechan las tertulias hogareñas para soltar las riendas de la imaginación.

Primeros blancos

Íñigo de Vascuña, natural de la Villa de Arévalo, pisó por primera vez tierras de Norte de Santander. Como capitán de la guardia de Alfínger, había salido de Coro, Venezuela, en una expedición formada por 40 jinetes y 130 peones, el 9 de junio de 1531. Dice la crónica que el alemán, urgido de refuerzos y temeroso de perder el oro recaudado en su expedición hasta las tierras del cacique Tamalameque, decidió despachar al capitán Vascuña con la preciosa carga, acompañado de 24 hombres, el 6 de enero de 1532. Nunca se sabrá el valor exacto del oro y las alhajas que integraban el tesoro; algunos cronistas hablan de cien mil castellanos pero otros se inclinan por una cifra inferior.

Los expedicionarios se extraviaron durante el regreso, porque pretendieron ganar tiempo por la serranía hacia el sur y terminaron sus días en las depresiones de los valles de Ocaña.

Las dificultades de la selva y la falta de provisiones los obligó a enterrar el oro en algún lugar de su ruta y, finalmente, desaparecieron. (Ver "Petroglifos de Sardinata, el Mohán y el Catatumbo)

Incorporado a la expedición, después de la muerte de Alfínger, Francisco Martín, único sobreviviente de la tragedia, contó los padecimientos de sus compañeros: acosados por el hambre, consumieron al principio palmitos amargos; más tarde dispusieron de las carnes de un perro y finalmente saciaron su apetito con los cuerpos de los indios pacabuyes, compañeros de travesía. Entonces, empezaron a mirarse con desconfianza ante la inminencia del turno fatal en la próxima cena y se fue, cada uno por su lado, hasta que la selva cobró de manera irremediable sus cuerpos maltrechos.

Francisco Martín confió su suerte a un tronco que le sirvió de improvisada balsa y se dejó llevar por el río hasta los ranchos de unos indios que lo incorporaron a su tribu. El cacique le dio por mujer a una de sus hijas y le asignó las funciones del curandero. Un año y medio más tarde la suerte lo puso en el camino de los restos de la expedición de Alfínger.

 

Seguramente, del conocimiento de esta aventura, ocurrida, se supone, en territorio ocañero, y de la presencia de algunos habitantes con ojos claros y cabellos rubios, surgió la dudosa hipótesis de nuestra ascendencia aria.

Alfínger era tudesco, pero sus hombres procedían de España. Vascuña era vasco y sus compañeros de infortunio eran españoles.


Las estadísticas, sobre poblamiento de la provincia de Ocaña, indican que su composición era del 40% de extremeños y andaluces; el 40% de castellanos y el 20% de gallegos y leoneses.

Del juicioso análisis adelantado por Enrique Otero D'Costa, en su obra "Cronicón solariego", se deduce que Ambrosio Alfínger no pasó por la provincia de Ocaña.

Aspasica

Fue aldea india, españolizada por Gómez Álvarez de Aguilera.

Parroquia Santa Catalina de Aspasica. Templo
 

De acuerdo con el protocolo de 1575 (Alejo Amaya, Los Genitores, pág. 55), el capitán Fernández de Contreras le asignó la encomienda de Locutama al mencionado Gómez Álvarez de Aguilera. Posteriormente recibió, también, la encomienda de Borra.

En 1682, Aspasica aparece en las crónicas como Santa Catalina del Calvo y en 1794 se menciona en una guía del Virreinato como Santa Catarina de Espacica.

La ley 64 del 29 de mayo de 1849 la cita como Distrito Parroquial y en 1910, la ley 25 del 14 de julio, creadora del departamento Norte de Santander, le da la categoría de municipio. Lea: Litigio por la cabecera municipal.


 
La Vega de San Antonio
 

La Vega de San Antonio

Más conocida como El Cincho (vereda del corregimiento), tuvo resonancia nacional en los años setenta, por sus abultados resultados electorales. Es una hermosa región, habitada por gentes laboriosas y recias. Su fundación se llevó a cabo el 13 de junio de 1893.

Reseña histórica: "En el año del Señor de mil ochocientos ochenta y nueve, varios vecinos de este caserío de "El Cincho", "San Juan", "San Vicente" y "Mesa Rica" considerando la gran distancia que hay desde estos lugares a la Parroquia de Aspasica y a la de La Cruz, para recibir los auxilios espirituales de nuestra santa religión, considerando así mismo que el vecindario ya numeroso de estos caseríos exigía un punto de reunión para satisfacción de aquellas necesidades que experimenta el hombre social, determinaron fundar en este lugar, que les pareció conveniente por su situación especial y sus condiciones de salubridad, un pueblo donde pudieran vivir reunidos todos los habitantes diseminados de estos caseríos y como la Iglesia en que se rinde culto al señor Dios Creador de todas las cosas ha sido siempre el núcleo de todas las agrupaciones humanas, invocando el auxilio de Dios y con la venia del señor Cura de Aspasica quien los alentó en su propósito, pusieron manos a la obra, construyendo en este sitio a orillas del "Tarra" la capilla de bahareque y techo de palma, bajo la invocación del glorioso San Antonio de Padua.

"El Sr. Dn. Patricio Vergel, dueño del terreno en que había de edificarse el pueblo, donó a perpetuidad el necesario para la Iglesia con el que más necesitase para el progresivo ensanchamiento, donó así mismo la plaza de la población y el terreno para la Casa Cural contigua a la Iglesia.

"La primera función religiosa que se hizo, en la ya construida capilla, con su bendición se hizo por el Sr. Pbro. Dn. Pastor Arévalo, cura de Aspasica el día 13 de junio del año 1893 y desde esa fecha se ha seguido haciendo funciones cada año al Glorioso San Antonio, Patrón de ese lugar.

Calle de La Vega

"El día 10 de octubre de este año 1895 hizo su primera visita a este lugar el Ilustrísimomo Sr. Obispo de Santa Marta Dr. Dn. Rafael Celedón acompañado del infrascrito, su secretario de visita y el Cura y Vicario de Ocaña, del Sr. Pbro. Dn. Pastor Arévalo Cura de Aspasica y encargado de esta capilla, del diácono José del Carmen Manosalva y del tonsurado Guillermo Gerardino Su Señoría ilustrísima, administró el Santo Sacramento de la Confirmación a cerca de 700 personas, se casaron 13 parejas, hubo muchos bautismos, numerosas confesiones y un considerable número de fieles se acercó al Banquete Eucarístico. Estos fieles se han manifestado muy dóciles a las piadosas exhortaciones del Prelado que ha sido incansable en dirigirles la palabra en el sentido de honrar a Dios por la práctica del bien y fuga del pecado.

"¡Loado sea Dios! en el seno de estas montañas, en medio de estas soledades existe ya un pueblo en donde se da culto al Señor y en donde la caridad cristiana reina mediante el reino religioso que auna a los habitantes.

"Los vecinos que más han cooperado a esta buena obra han sido en primer lugar Dn. Mamerto Durán y su padre Dn. Nicasio Durán, cuyos nombres estampo aquí para conocimiento de las generaciones venideras".

"Vega de San Antonio, a once de octubre de mil ochocientos noventa y cinco. Rafael Obispo de Santa Marta.

Ramón Anaya y Rubio, Pbro".

Fuente: "Hojita Parroquial" (Biblioteca Nacional), número 3, de abril 6 de 1913. La reseña aparece bajo el titulo "Curiosidad", con la siguiente aclaración: "En los páginas da un libro litúrgico de la parroquia de El Cincho, hemos encontrado el siguiente documento: ...".


La Playa de Belén

En el paraje de Llano Alto, donde construyó la primera casa doña María Claro de Sanguino, se inició en 1857 la fundación del municipio de La Playa de Belén. En este año, con motivo de la visita pastoral del obispo dominico Fray Bernabé Rojas al sitio de "Patatoque", los señores Jesús Rueda, Tiburcio Alvarez y Juan Esteban Vega, obtuvieron licencia del prelado para construir una capilla dedicada a San José.

No se ha establecido en qué época de aquel año pasó el obispo Rojas por Patatoque; su visita a la provincia de Ocaña, iniciada en el mes de enero, se prolongó hasta finales octubre. No puedo, entonces, hablar de una fecha exacta del nacimiento del terruño. Debo agregar que 1857 fue un año de inestabilidad en la organización política territorial y que, por esta circunstancia, La Playa de Belén fue arrullada en sus primeros meses en las provincias de Ocaña y Mompós, y en el Estado de Santander.

El 4 de diciembre de 1862, el reverendo padre misionero Fray Milán bendijo la capilla, dedicada a San José.

Don Justiniano J. Páez, en sus "Noticias históricas de la ciudad y provincia de Ocaña", dice que en este acto solemne se le dio al caserío el nombre de La Playa de Belén.

El notable historiador, seguramente, acudió a la tradición porque no cita las fuentes de sus apuntes. Los playeros guardamos el mayor respeto por su versión y la hemos difundido.

La señora María Claro de Sanguino construyó la primera casa en 1857, razón por la cual se considera que ella y los señores Vega, Álvarez y Rueda fueron los primeros pobladores o fundadores.

Alrededor del modesto templo creció el pueblo, en el paraje conocido como Llano Alto, donde actualmente se encuentra la cabecera municipal.

- Origen del nombre

En los archivos notariales se observa que la denominación, hasta 1913, fue La Playa. Registros históricos del señor Páez señalan que en 1818 el lugar se conocía como Playa, y en 1822 se denominaba La Playa.

El nombre actual se asignó al caserío por medio del Acuerdo No. 3, del 15 de septiembre de 1913, del Concejo de Aspasica, cuyo artículo primero dice: "Erígese en Corregimiento con el nombre de La Playa de Belén el territorio del caserío de La Playa de este Municipio".

Playa, La Playa o La Playa de Belén, son denominaciones ancestrales, por las características del suelo, similares a la ribera del mar o de río grande. En mi infancia acudíamos a los arenales de El Playón (la quebrada que serpentea de norte a sur, cuyo nombre es aumentativo de playa) y a otros lugares, aledaños a la cabecera, a jugar a los toros.

Historiador, Dr. Justiniano J. Páez
Don Ramón Ovallos Manzano

Templo y parque Ángel Cortés. Foto: Alvaro Claro Claro 2010.

Acuarela de Eusebio Posada Rincón, 1887. Museo Antón García de Bonilla, de Ocaña. Cortesía: Arquietcto Jaime Enrique Claro Arévalo 

 

Foto 1934. Cortesía de la señora Doris Claro de García
La fuente de agua, para consumo humano, estaba instalada en una esquina del parque principal. Se puede observar un niño con su carrito de madera, de una rueda.
 

  
Don Carlos Daniel Luna Manzano
R, P. Francisco Angarita
Dr. Manuel José vargas
Don Francisco Arévalo Claro
Presbítero Ángel Cortés Celedón

II
ENTIDAD JURIDICA

Erección oficial del corregimiento y nombre oficial

ACUERDO No. 3
(15 de septiembre de 1913)

Por el cual se erige en Corregimiento el caserío de La Playa, y se le da nombre.

El Concejo Municipal de Aspasica en uso de sus facultades legales,

CONSIDERANDO:

Que el territorio del caserío de La Playa por su población necesita una Administración de mayor categoría que la actual, y que estando concedida la anuencia que prescribe el artículo 198 de la Ley 149 de 1888 según oficio Número (sin) del 17 de marzo último,

ACUERDA:

Artículo 1. Erígese en Corregimiento con el nombre de La Playa de Belén el territorio del caserío de La Playa de este Municipio;

Artículo 2. Serán límites del Corregimiento de La Playa de Belén los siguientes: Desde el alto del Aliñadero se toma el filo de Los Aposentos a dar al alto de Borra límite con el Municipio de La Cruz; de allí buscando la hoyada, cabecera de la quebrada La División y por toda ésta abajo lindando con La Cruz hasta ponerse en dirección y frente al alto de Los Cristales, de este punto al alto de Los Cristales, de allí continuando con el límite de éste y a la ciudad de Ocaña, hasta encontrar el camino que conduce de esta cabecera con dicha ciudad, de aquí: tomando este camino , hacia Aspasica, hasta encontrar el camino que conduce de Ocaña para El Cincho, siguiendo éste hasta el alto del Aliñadero primer lindero;

Artículo 3. Desígnase como cabecera del Corregimiento el caserío de La Playa de Belén.

Artículo 4. Señálase como fecha para la inauguración oficial el día 4 de noviembre próximo.

Artículo 5. Para este acto se comisiona al Sr. Alcalde y Cura de la Parroquia, si éste lo tuviere a bien aceptar quienes extenderán un acta que se firmará por éstos y los vecinos del Corregimiento que quieran hacerlo y que invitarán los comisionados, la cual junto con una copia del presente Acuerdo se entregará para su custodia al Inspector de Policía del lugar.

Dado en Aspasica a 15 de septiembre de 1913.

El Presidente del Concejo, Pedro E. Franco. El Secretario, Manuel M. Arenas. Alcaldía Municipal. Aspasica, Septiembre 20 de 1913. Publíquese y ejecútese. Pedro Trigos A. Eduardo Roca, Srio. República de Colombia. Departamento de Norte de Santander. Gobernación.

Cúcuta, Noviembre 5 de 1913. Declárase exequible. Rafael Valencia, El Jefe de la Secretaría de Justicia, Encargado del Despacho de Gobierno, Oscar Pérez F.

(Fuente: Hojita Parroquial número 11, del 8 de diciembre de 1913. Biblioteca Nacional)

Por la demora en los trámites oficiales en la capital del Departamento, la inauguración fue aplazada hasta el día 30 de noviembre.

Acta de inauguración del corregimiento de La Playa de Belén

En el poblado de la sección de La Playa de Belén jurisdicción del Municipio de Aspasica, a los treinta días del mes de Noviembre de mil novecientos trece, habiéndose trasladado de la cabecera del Municipio a este lugar, el señor Alcalde asociado del Sr. Cura, del Presidente del Concejo, del Sr. Tirso de Vera R. y del Secretario de la Alcaldía, con el objeto de inaugurar el Corregimiento erigido por el Acuerdo No. 3 de fecha 15 de Septiembre del presente año, se reunieron dichos señores que componen la Comisión de erección con el Sr. Cura de este lugar y varios vecinos invitados al efecto por la Comisión en el Local que ha de servir de oficina al Corregimiento, con el fin de hacer efectivo todo lo dispuesto en el mencionado Acuerdo.

Se procedió en primer lugar a darle pública lectura al Acuerdo, haciendo notar el cambio de la fecha de erección el cual fue originado por la demora que hubo en recibir la sanción correspondiente.

Acto continuo el Sr. Alcalde, declaró en nombre de Dios y de la Ley, erigido el Corregimiento bajo el nombre y título de La Playa de Belén y al efecto dictó el Decreto Correspondiente nombrando Corregidor al Sr. Ramón Ovallos quien fue elegido y designado por el Sr. Cura del Caserío y por otros varios vecinos respetables. El referido Sr. Ovallos tomó posesión allí mismo de su empleo, en la forma legal y se le hizo entrega para su custodia en el archivo de su oficina, de la presente acta y del Acuerdo que se ha mencionado.

Acto continuo se dirigieron todos los concurrentes a la Iglesia Parroquial a cumplir con el sagrado deber de dar las más cumplidas gracias a su Divina Majestad por el favor obtenido en este día para implorar las gracias de lo Alto para lo porvenir del nuevo Corregimiento. Al efecto se cantó un solemne Tedeum en presencia de su Divina Majestad, el cual fue presidido por el Sr. Cura de Aspasica y por el Seminarista Dn. Froilán Rincón.

En este acto tomó la palabra el Sr. Cura y explanó en estilo elevado y a la vez conciso, los deberes relacionados para con el Estado, la Justicia y la Caridad, con lo cual se concluyó la presente acta que se firma por los que han intervenido en ella. El Alcalde, Manuel Z. Trigos A. El Cura Párroco, Francisco C. Angarita, Pbro. El Cura de Aspasica, Cristóbal Castro Q. Pbro. El Seminarista, Froilán Rincón. El Presidente del Concejo, Manuel F. Trigos. El vecino, Tirso de Vera R. El Corregidor, Ramón Ovallos M. El Secretario del Corregidor, Andrés Morales.

El Secretario del Alcalde, Miguel Nieto. Agapito Pérez, Marcos Claro A., Praxedes Claro A., Francisco Pérez B., Emigdio Manzano y Francisco Arévalo C., Ismael Arévalo C., Antonio J. Claro Q., Heriberto Claro A., Francisco Pacheco R.

(Fuente: Hojita Parroquial número 11, del 8 de diciembre de 1913. Biblioteca Nacional)

Se observa en el Acta que el caserío estaba dirigido espiritualmente por el sacerdote Francisco Angarita, fundador y director de Hojita Parroquial, preciosa publicación que hoy nos permite leer el valioso documento. El presbítero Angarita, en la página principal de su periódico parroquial, antes y después de la creación del Corregimiento, lo denomina Belén de La Playa. El padre fray Ismael Arévalo Claro, para atender una respetuosa solicitud nuestra, revisó los libros de bautismos, de 1904 a 1911, y constató que las partidas están encabezadas de la siguiente manera: "En la Iglesia parroquial de San José de Belén La Playa…".

- Cabecera municipal

La cabecera municipal fue trasladada al corregimiento de La Playa de Belén por medio de la Ordenanza No. 3 de marzo 20 de 1930, después de un largo litigio, en el cual los playeros contaron con los servicios jurídicos del doctor Manuel José Vargas y los aspasiqueros fueron representados por los abogados Víctor Manuel Pérez y Gregorio Vega Rangel. El municipio, sin embargo, conservó el nombre de Aspasica.

El Concejo de Aspasica, para justificar el traslado de la cabecera, había expedido la siguiente resolución:

EL CONCEJO DE ASPASICA

En uso de sus atribuciones legales y

CONSIDERANDO:

Que según el artículo 70 de la ley 71 de 1916, las Asambleas Departamentales pueden trasladar las cabeceras de los Municipios a otros lugares, dentro del respectivo territorio, siempre que previamente se llenen estas condiciones:

1. Petición razonada del Concejo Municipal y de 500 ciudadanos vecinos, por lo menos, e informe del Gobernador sobre el particular.

2. Que la población de La Playa de Belén por el número considerable de sus habitantes pues no residen en ella menos de cien familias y suficiente número de ciudadanos aptos para servir los destinos públicos; por su importancia comercial, por sus
condiciones climatéricas; por la comodidad de sus edificios y su extensión urbana, es la indicada para cabecera del Municipio de Aspasica.

3. Que la referida población tiene locales especiales para la Casa Municipal, escuelas, cárcel y para todas las oficinas administrativas y judiciales en las mejores condiciones de solidez y que está a la vez en capacidad de organizar rentas y contribuciones con mayor escrúpulo y fiscalización, cuyo monto sea mayor a todos los anteriores.

4. Que el referido pueblo de La Playa de Belén se encuentra enclavado en una ruta comercial con vecindario suficiente y con industrias propias.

5. Que la indicada población es la que tiene más desarrollada su agricultura en la Provincia, pues en el solo ramo de cebollas produce más de treinta mil cargas, cuyo valor fluctúa entre doscientos y trescientos mil pesos oro; y

6. Que la importancia de la referida población es tan trascendental que el Congreso Nacional de 1928 ha autorizado por medio de la Ley 98 de 1928, artículo 3º. a la Asamblea Departamental para trasladar a tal lugar la cabecera Municipal aun cuando no se llenen todos los requisitos del artículo 8º. De la Ley 71 de 1916.

RESUELVE:

Solicitar de la H. Asamblea del Departamento, que se reunirá en la ciudad de Cúcuta, el mes de marzo próximo la traslación de la Cabecera del Municipio de Aspasica a la población de La Playa de Belén. Expedido en el salón del Concejo Municipal, en La Playa de Belén, a los catorce días del mes de noviembre de mil novecientos veintinueve. El Presidente, Ramón Ovallos M., El Vicepresidente, Ismael Arévalo. El Secretario, Augusto Salas.

ORDENANZA No. 3
Marzo 20 de 1930

Por la cual se traslada la cabecera del municipio de Aspasica y se da una autorización al Gobernador.

La Asamblea del Departamento Norte de Santander, en uso de sus facultades,

ORDENA:

ARTÍCULO 1.- Trasládase la cabecera del Municipio de Aspasica, del lugar que hoy ocupa, a la población que actualmente forma el Corregimiento de La Playa de Belén.

Parágrafo: Es entendido que el Municipio continuará llamándose Aspasica.

ARTÍCULO 2.- El traslado ordenado por el artículo anterior se llevará a cabo con fecha primero de abril del año en curso. El Gobernador dictará las medidas necesarias para el caso.

ARTÍCULO 3.- Autorízase al Gobernador para abrir el crédito necesario para atender los gastos que demande el cumplimiento de esta Ordenanza.

ARTÍCULO 4.- Esta Ordenanza regirá desde su sanción.

Expedida en San José de Cúcuta, a dieciocho de marzo de mil novecientos treinta.

El Presidente, Roberto Delgado A. El Secretario, A. Angulo

Municipio de La Playa de Belén

La denominación de La Playa de Belén se debe a la iniciativa del diputado Carlos Daniel Luna Manzano, quien propuso el cambio en la Asamblea del Departamento y así fue aprobado por Ordenanza No. 16 del 14 de abril de 1934. Dice el artículo 7, de la mencionada ordenanza, "El Municipio de Aspasica se denominará en lo sucesivo La Playa de Belén". Aspasica pasó a identificar el actual corregimiento.

(Copia obtenida por el Presidente del Centro de Historia, don Álvaro Antonio Claro,
en la biblioteca de la Academia de Historia de N. de S.)
 
 
  
  
Alcaldía
III
CARACTERÍSTICAS MUNICIPALES

 

La cabecera municipal está situada a una distancia aproximada de 200 kilómetros de Cúcuta, capital de Norte de Santander, Colombia, América del Sur y a 25 de la ciudad de Ocaña.

Su altura sobre el nivel del mar es de 1450 metros, con temperatura media de 21 grados centígrados.

Ubicación geográfica: 8º 13' de latitud Norte y 73º 14' de longitud Oeste Greenwich.

Población (Censo 2005 DANE):

Total habitantes: 5.806 Hombres: 3043 Mujeres: 2763 - Cabecera: Hombres: 309 Mujeres: 347 Total: 656 - Resto: Total: 5150 Hombres: 2734 Mujeres: 2416.

Cabecera: Habitantes: 656; viviendas: 198; hogares: 203; unidades económicas: 86

Resto: Habitantes: 5.150; viviendas: 1.421; hogares: 1.195; unidades económicas: 93; unidades agropecuarias: 1.075.

Totales: Habitantes: 5.806 - Viviendas: 1.619 - Hogares: 1.198 - Unidades económicas: 179 - Unidades agropecuarias: 1.075.

División Político-administrativa

Conforman la división politico-administrativa los corregimientos de La Vega de San Antonio y Aspasica, poblaciones que disponen de inspecciones de policía para el control del orden público y para la atención de los asuntos administrativos locales.

Foto: John León
 
 
Foto aérea: Arquitecto Jaime Enrique Claro Arévalo
 

Extensión y límites

El territorio municipal mide 241.25 kilómetros cuadrados, distribuidos en relieves quebrados y pequeñas porciones planas. Limita por el norte con San Calixto y Hacarí; por el oriente y el sur con Abrego, y por el occidente con Ocaña.

División administrativa

ZONA 1 (19 V) (La Playa, Quebrada Arriba, Santa Bárbara, El Tunal, Tunja, Carrizal, Montecitos, Las Guamas, Rosa Blanca, Sucre, Piritama, Curasica, La Tenería, Fátima, Maciegas, LaChorrera, LaHonda, Los Curitos y Alto el Buey).

ZONA 2 (23 V) (Aspasica, Aratoque, Corral Viejo, Alto Viejo, La Mesa, Clavellinos, Esperancita, La Esperanza ,El Pedregal ,El Salero, El Salero Bajo, Llano Grande, San Pedro, Algarrobos, Tabacal , La Peña, Guarumal, Guarinas, Montelargo, La Capellania, Miraflores, La Esmeralda y Los Cacaos).

ZONA 3 (7 V) (La Vega de San Antonio, Reventon, Mesa Rica, Aguadas, Guayabón y La Legía).

 

Urbanismo, actividades laborales, comida típica, gustos

La aqruitectura es de tapia pisada, sistema de construcción tradicional utilizado en la región y en otras latitudes, como en los albores de la colonización española. Tres elementos caracterizan la construcción urbana; 1. Paredes de tapia pisada, con puertas y ventanas de madera; 2. Cubiertas con teja de barro y aleros cnstruidos sobre lata o caña brava; 3. Alrededor del patio interior -dice el arquitecto Manuel Isnardo Claro Arévalo- giran todas las actividades de la casa. Se conservan algunos zaguanes , por donde ingresban la recuas de las familias pudientes.

En su contexto urbano, La Playa de Belén es risueña, encantadora y forjadora de sueños. Sus calles, con huellas en concreto rígido y piedras de río, recuerdan el paso recio de la arriería. En la Calle de Belen de Jesús, las casas de la acera derecho, de sur a norte, tienen solar y prado, el primero para animales domésticos y cultivo de frutales, y el segundo para la producción de cebolla, maíz, arveja o fríjol. La falta de agua para el riego, ha mermado estas actividades agrícolas.

Los habitantes, amables y sencillos, viven de la agricultura, el comercio y la función pública. El cultivo de la cebolla es la fuente principal de sus ingresos. La microempresa produce artesanías, dulces en conserva y cebollitas picantes.

La comida típica está referida a sancochos de gallina; arepa sin sal, acompañada con queso calentano (costeño); queso criollo, pescado bocachico, huevos revueltos o mantequilla.

Foto: Liliana Pérez Sánchez
  

Los fríjoles con plátano picado y rullas; los pasteles (tamales), también hacen parte de la dieta cotidiana. Ha tomado importancia la venta de brevas rellenas con arequipe y las cebollitas rojas.

La música es pan de cada día. Los playeros son dueños de una innata habilidad para interpretar toda clase de instrumentos, especialmente el tiple y la guitarra.

Lugares, fiestas y eventos culturales

Lugares y monumentos: Los Estoraques - Los Aposentos - Parque Estorama - Templo de La Playa de Belén - Templo de Aspasica - Templo de La Vega de San Antonio - Parador Turístico "Martha Mónica" - Cerro de los Cristales - Monumento a la Virgen del Carmen.

Fiestas: San José: 19 de marzo; Virgen del Carmen: 16 de julio; Virgen de las Mercedes: 24 de septiembre; Festival del Retorno: 28 - 30 de diciembre; Travesía Atlética: 15 de septiembre

Gentilicio: Playero, por tradición; también pueden utilizarse los gentilicios: Playente y Playense. La sabiduría popular decide en materia de gentilicios.

Religión: Predomina la religión católica.

Turismo: Desde el 29 de febrero de 2012, La Playa de Belén hace parte del "TOP 10" de los destinos turísticos de Colombia. Así fue anunciado por el Presidente, Juan Manuel Santos, en la apertura de la Vitrina Turística de Anato 2012, en Bogotá. Los 10 pueblos fueron seleccionados por sus características históricas, arquitectónicas y culturales.

El Top 10 de destinos turísticos de Colombia está integrado por: Mompox, Lorica, Honda, Salamina, Santa Fe de Antioquia, Barichara, Girón, Monguí, Villa de Leyva y La Playa de Belén.

 

IV
BIEN DE INTERÉS CULTURAL
DE CARÁCTER NACIONAL

En su contexto urbano, La Playa de Belén es una joven con galas coloniales. Es risueña, encantadora y forjadora de sueños. Sus tres largas calles: la de Belén de Jesús, la del Medio y la de Atrás, fueron restauradas con los pisos de piedra que otrora sintieran el paso recio de la arriería.

La Playa de Belén convive con la civilización moderna, pero se ha parado en el tiempo en el recurso estético de la construcción; la antigua aldea ha sido recreada con mano artística y se ha desarrollado a punta de cariño: cada playero es un alfarero, un pintor primitivista, un creador de su propio entorno. En cada rincón se cumple un sueño, se teje una ilusión.

En sus cielos azules las golondrinas pasean sin afanes, y corren esquivas las nubes del verano eterno. La orquídea silvestre se cuelga en sus riscos y arisca aletea la mirla por el vuelo jadeante de los azulejos.

Un chorro de aguas cantarinas, escondido entre efluvios de arrayanas y guayabas agrias, corre sensual, como una caricia, hasta El Playón, la quebrada que besa las piedras, amigas de siglos, y busca entre espumas el destino del mar.

En los Estoraques, nuestra Área Natural Única, se percibe el toque mágico del buril. La erosión en la montaña es el trabajo concertado del agua, el viento y el tiempo.

El 25 de julio de 2005 fue aprobada la Resolución número 928, por medio de la cual se declaró "Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional" el Centro Histórico del municipio.

La providencia lleva la firma de María Consuelo Araujo Castro, Ministra de Cultura.

 


V
ÁREA NATURAL ÚNICA
 

Uno de los mayores atractivos de La Playa de Belén es el Área Natural Única de los Estoraques, incomparable trabajo de la naturaleza, inspiración de poetas, pintores y maestros de la música.

Diversas son las opiniones sobre el origen del nombre ESTORAQUES, pero la más acertada es, seguramente, la relacionada con el árbol nativo del lugar, extinguido en nuestro tiempo. Dice don Benjamín Pérez Pérez:

"La palabra estoraque es muy antigua. La encuentro citada ya por Moisés, el gran legislador y profeta del pueblo israelita en el primer libro del Pentateuco. En efecto, en el capítulo XLIII, versículo 11 del Génesis, Moisés refiere que Jacob les ordenó a sus hijos volver a Egipto por víveres y que de paso le llevaran al prodigioso ministro que en el primer viaje los había atendido y que no era otro que su hijo José, regalos que consistían en 'frutos de los más exquisitos de esta tierra, ...un poco de resina y de miel, y de estoraque, y de lágrimas de mirra y de terebinto, y de almendras'.

"Imagino que el producto codiciado del estoraque debe ser una resina, algo así como la mirra o el incienso, propia para aromatizar el ambiente de las mansiones, y que ésta era de muy alta calidad, se da por sentado, ya que fue escogida para ser enviada como un presente de primera a José. Algún sacerdote europeo o cualquier peregrino pudo traer las semillas de Palestina o de cualquier otro sitio del Oriente lejano. El medio ecológico playero es muy parecido al de Israel por lo desértico y escaso de agua.

El Gobierno Nacional, por medio de la Resolución Ejecutiva No. 135, del 24 de agosto de 1988, firmada por el Presidente de la República, Virgilio Barco Vargas y por el Ministro de Agricultura, Gabriel Rosas Vega, aprobó el Acuerdo 0031 del 26 de mayo de 1988, de la Junta Directiva del Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente -INDERENA-, por el cual se declaró Área Natural Única “Los Estoraques”, como integrante del Sistema de Parques Nacionales.

Tiene una extensión de 640 hectáreas. Para su acceso se debe partir desde Cúcuta y tomar la vía a Sardinata, para dirigirse a la ciudad de Ocaña. Después de Ábrego, antes de Ocaña, el viajero debe tomar un cruce a la derecha en la vereda Chapinero para dirigirse a la Playa de Belén.

El objetivo del área natural única es conservar, mantener y preservar las frágiles formaciones geomorfológicas y su riqueza biótica, únicas del ecosistema semidesértico en el país. El área se caracteriza por un paisaje desértico, constituido fundamentalmente por rocas cristalinas meteorizadas con una morfología a manera de columnas y conos torrenciales, a causa de los acelerados procesos naturales de erosión hídrica. Los suelos presentan una baja capacidad de soporte y se clasifican entre cohesivos y friccionantes, con baja resistencia al corte.

Los Estoraques están localizados entre alturas de 1.450 a 1.700 msnm. Tiene una temperatura promedio de 24 grados centígrados. Su vegetación corresponde a un orobioma subxerofítico de piso térmico templado o bosque seco premontano, su bosque, que alcanza alturas máximas de 10 metros es disparejo. Los árboles más comunes son mantequillo, arrayán y rampacho. La fauna que enriquece esta área única está conformada por aves como la gallineta de monte, garza de ganado, halcones, pájaro, ardilla y mamíferos como conejos, zorros, gatos de monte y varias especies de murciélagos.

 


El parque cuenta con una importante oferta natural. Se realizan caminatas guiadas de observación entre las formaciones, en donde el visitante puede encontrar insectos, anfibios, reptiles y aves típicas de las zonas abiertas y semidesérticas. Entre los principales sitios de interés se cuenta con el Camino de la Virgen, Paso de las Ánimas, Cueva de la Gringa y La Chorrera. Las zonas aledañas al área son los municipios de La Playa de Belén, Abrego y Ocaña. Veredas: Piritama, El Hatico, Rosablanca, Aratoque, La Honda y Los Aposentos.

El agua, el viento y el tiempo, le han regalado a La Playa de Belén uno de los paisajes naturales más hermosos del país. Torres, columnas, cuevas fantásticas y figuras caprichosas, talladas por la erosión, han logrado un espectáculo maravilloso. Invoco a Eduardo Cote Lamus, exaltado por su célebre poema Estoraques a la galería de los bardos de "la angustia, la desolación, el tiempo, la verdad y la muerte".:

"... Aquí las ruinas no están quietas:
el viento las modela. Por ejemplo
lo que antes era escombro del palacio
lo convirtió en estatua la erosión
y lo que fue la sombra de la torre
es ahora la sombra del chalán.

... Aquí las columnas hacinadas
recuerdan no se sabe si los bosques
de olivos que uncidos a sus nudos
arden como lámparas
o los dedos de innumerables manos
enterradas cuyas palmas el destino no escribió;
se puede pensar que son raíces
por entre las que pasa un dios
o sus bases las copas que se hunden
por respirar en tierra un cielo
de constelaciones de polvo.

... En la hora del crepúsculo, en la cumbre,
se abren estoraques aún no concluidos.
La mano ágil del viento los modela todavía.

Nuestra gente

Un día pasaron los españoles por sus tormentosos caminos dejando sus semillas; y otro día aparecieron los misioneros dominicos con sus doctrinas eternas. Los jóvenes salieron en busca de nuevos horizontes y volvieron con diplomas universitarios. Algunos, un buen número, regresaron con sotana y tonsura; otros lucieron los hábitos blancos de Domingo de Guzmán. Y entre todos, con su talento y la fuerza de su estirpe, han proyectado su tierra más allá de las fronteras regionales.

Bibliografía:

Ancízar, Manuel, Peregrinación de Alpha
Fuentes, Pedro María, Boletín Contraloría General del N. de S., 1944
Marciales, Miguel y otros, Geografía Histórica y Económica del Norte de Santander.
Otero D'Costa, Enrique, Cronicón solariego.
Páez, Justiniano J., Noticias Históricas de la Ciudad y provincia de Ocaña.
Páez C., Luis Eduardo, Pacheco, Manuel B. y otros, Historia de la Ciudad de Ocaña
Pérez Arévalo, Guido Antonio, monografía "La Playa de Belén".
Revista "Hacaritama", Nos. 16 y 17, de julio 26 de 1936
Pérez Arévalo, Guido Antonio. La Playa de Belén, monografía.
Pérez Arévalo, Guido Antonio. Temas de Historia, Cúcuta, 2009

Cúcuta, diciembre de 2011

 
  
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